viernes, 25 de abril de 2014

EL hombre en busca del sentido

-Quien tiene un porqué para vivir, casi siempre encontrará el cómo.
-La última de las libertades humanas es elegir la actitud ante un conjunto de circunstancias.
-Hay cosas que deben hacerte perder la razón, o entonces no tienes ninguna razón que perder.
-Ante una situación anormal, una conducta anormal constituye una respuesta normal.
-Nunca olvidaré una noche en la que me despertaron los gemidos de un prisionero amigo, que se agitaba en sueños, obviamente víctima de una horrible pesadilla. Dado que desde siempre me he sentido especialmente dolorido por las personas que padecen pesadillas angustiosas, quise despertar al pobre hombre. Y de pronto retiré la mano que estaba a punto de sacudirle, asustado de lo que iba a hacer. “Comprendí en seguida de una forma vívida, que ningún sueño, por horrible que fuera, podría ser tan malo como la realidad del campo que nos rodeaba y a la que estaba a punto de devolverle.”
-En la mayoría de los prisioneros, la vida primitiva y el esfuerzo de tener que concentrarse precisamente en salvar el pellejo, llevaba a un abandono total de lo que no sirviera a tal propósito, lo que explicaba la ausencia total de sentimentalismo en los prisioneros.
-Esta ausencia de sentimentalismo en los prisioneros “con experiencia” es uno de los fenómenos que mejor expresan esa desvalorización de todo lo que no redunde en interés de la conservación de la propia vida.
-“vae victis” ¡Ay los vencidos!
- (Las personas sensibles acostumbradas a una vida intelectual rica) eran capaces de aislarse del terrible entorno retrayéndose a una vida de riqueza interior y libertad espiritual. Sólo de esta forma puede uno explicarse la paradoja aparente de que algunos prisioneros, a menudos los menos fornidos, parecían soportar mejor la vida del campo que los de naturaleza más robusta.
-Eel amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprehendí el signidicado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad –aunque sea solo momentáneamente- si contempla al ser querido.
-“Los ángeles se pierden en la contemplación perpetua de la gloria infinita.”
-El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo.
-“Ponme como sello sobre tu corazón… pues fuerte es el amor como la muerte”.
-Qué bello podría ser el mundo.
-“Et lux in tenebris luces” Y la luz brilló en medio de la oscuridad.
-Me mordía los labios hasta hacerme sangrar para no reírme al escuchar uno de sus poemas amorosos y seguramente gracias a ello salvé mi vida.
-Yo diría que la impresión real que producía todo lo que se relacionaba con lo artístico, surgía del contraste casi fantasmagórico entre la representación y la desolación de la vida en el campo que le servía de telón de fondo.
-Los intentos para desarrollar el sentido del humor y ver las cosas bajo una luz humorística son una especia de truco que aprendimos mientras dominábamos el arte de vivir.
-Cabría establecer una analogía: el sufrimiento del hombre actúa de modo similar a como lo hace el gas en el vacío de una cámara; ésta se llenará por completo y por igual cualquiera que sea su capacidad. Análogamente, el sufrimiento ocupa toda el alma y toda la conciencia del hombre tanto si el sufrimiento es mucho como si es poco. Por consiguiente, el tamaño del sufrimiento humano es absolutamente relativo, de lo que se deduce que la cosa más nimia puede originar las mayores alegrías.
-Suerte, es lo que a uno no le toca padecer.
-El carácter del hombre quedaba absorbido hasta el extremo de verse envuelto en un torbellino mental que ponía en duda y amenazaba toda la escala de valores que hasta entonces había mantenido.
-El “yo” persona acababa perdiendo sus principios morales.
-Estrechó mi mano en silencio, a modo de adiós, no para la vida, sino desde la vida.
-En cierta ocasión, un persa rico y poderoso paseaba por su jardín con uno de sus criados, compungido éste porque acababa de encontrarse con la muerte, quien le había amenazado. Suplicada a su amo para que le diera el caballo más veloz y así poder apresurase y llegar a Teherán aquella misma tarde. El amo accedió y el sirviente se alejó al galpoe. Al regresar a su casa, el amo también se encontró a la Muerte y le preguntó: “¿Por qué has asustado y aterrorizado a mi criado?” “Yo no le he amenazado, solo mostré mi sorpresa al verle aquí cuando en mis planes estaba encontrarle esta noche en Teherán” contestó la muerte.
-El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física.
-El tipo de personas en que se convertía un prisionero, era el resultado de una decisión íntima y no únicamente producto de la influencia del campo.
-“Solo temo una cosa: no ser digno de mi sufrimiento.”
-El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede erradicarse, como no pueden apartarse el destino o la muerte. Sin todos ellos la vida no estaría completa.
-Los hombres realmente grandes, tienen que padecer en la tierra un gran sufrimiento.”
-Únicamente los hombres que permitían que se debilitara su interno sostén moral y espiritual caían víctimas de las influencias degenerantes del campo.
-La influencia más deprimente de todas era que el recluso no supiera cuánto tiempo iba a durar su encarcelamiento.
-“Una existencia provisional cuya duración se desconoce” (la vida en un campo de concentración).
-Con el fin de la incertidumbre venía la incertidumbre del fin.
-El hombre que no podía ver el fin de su “existencia provisional”, tampoco podía aspirar a una meta última en la vida.
-La vida afuera, al menos hasta donde él podía verla, le parecía casi como lo que podría ver un hombre ya muerto que se asomara desde el otro mundo. El hombre que se dejaba vencer porque no podía ver ninguna meta futura, se ocupaba en pensamientos retrospectivos.
-Tales personas olvidaban que muchas veces es precisamente una situación externa excepcionalmente difícil lo que da al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo.
-Hay personas que prefieren cerrar los ojos y vivir en el pasado. Para estas personas la vida no tiene ningún sentido.
-“La vida es como ir al dentista. Se piensa que lo peor está por venir, cuando en realidad ya ha pasado.” [Bismark]
-El hombre tiene la peculiaridad de que no puede vivir si no mira al futuro: sub specie aeternitatis.
-La emoción, que constituye sufrimiento, deja de serlo tan pronto como nos formamos una idea clara y precisa del mismo.
-El prisionero que perdía la fe en el futuro –en su futuro- estaba condenado.
-“Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un sueño extraño. Una voz me decía que deseara lo que quisiera, que lo único que tenía que hacer era decir lo que quería saber y todas mis preguntas tendrían respuesta. ¿Quiere saber lo que le pregunté? Que me gustaría conocer cuándo terminaría para mí la guerra. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Quería saber cuándo seríamos liberados nosotros, nuestro campo, y cuándo tocarían a su fin nuestros sufrimientos.”
“¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?”, le pregunté.
“En febrero de 1945”, contestó. Por entonces estábamos a principio de marzo.
“¿Y qué le contestó la voz?”
Furtivamente me susurró:
“El treinta de marzo.”
Cuando F. me habló de aquel sueño, todavía estaba rebosante de esperanza y convencido de que la voz del sueño no se equivocaba. Pero al acercarse el día señalado, las noticias sobre la evolución de la guerra que llegaban a nuestro campo, no hacían suponer la probabilidad de que nos fueran a liberar en la fecha prometida. El 29 de marzo de repente F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El 30 de marzo, el día que la profecía le había dicho que la guerra y el sufrimiento terminarían para él, cayó en un estado de delirio y perdió la conciencia. El 31 de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus.
-Los que conocen la estrecha relación que existe entre el estado de ánimo de una persona –su valor y sus esperanzas, o la falta de ambos- y la capacidad de su cuerpo para conservarse inmune, saben también que si repentinamente se pierde la esperanza y el valor, ello puede ocasionarle la muerte.
-“Ya no espero nada de la vida” ¿Qué respuesta podemos dar a estas palabras?
-En realidad no importa que no esperemos nada de la vida, si no si la vida espera algo de nosotros.
-En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.
-Una vez nos fue revelado el significado del sufrimiento, nos negamos a minimizar o aliviar las torturas del campo a base de ignorarlas o de abrigar falsas ilusiones o de alimentar un optimismo artificial. El sufrimiento se había convertido en una tarea a realizar y no queríamos volverle la espalda.
-“Wie viel ist aufzuldeiden” ¡Por cuánto sufrimiento hay que pasar!
-“Conseguir mediante el sufrimiento” equivale a lo que otros llaman “conseguir por medio del trabajo”
-Aquel compañero que respondió a mi pregunta sobre cómo había vencido el edema, confesando: “Lo he expulsado de mi cuerpo a base de lágrimas.”
-Una regla del campo muy estricta prohibía que se tomara ninguna iniciativa tendente a salvar a un hombre que tratara de suicidarse.
-Cuando se acepta la imposibilidad de reemplazar a una persona, se da paso para que se manifieste en toda su magnitud la responsabilidad que el hombre asume ante su existencia. El hombre que se hace consiente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera con toda su afecto o ante una obra inconclusa no podrá nunca tirar su vida por la borda. Conoce el “porqué” de su existencia y podrá soportar casi cualquier “cómo”.
-La influencia inmediata de una determinada forma de conducta es siempre más efectiva que las palabras.
-“Was du erlebt, kann keine Macht der Welt fir rauben”, ningún poder en la tierra podrá arrancarte lo que has vivido.
-La bondad humana se encuentra en todos los grupos, incluso en aquellos que, en términos generales, merecen que se les condene.
-Hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos razas: los hombres decentes y los hombres indecentes.
-La escisión que separa el bien del mal, que atraviesa imaginariamente a todo ser humano, alcanza las profundidades más hondas y se manifiesta en el fondo del abismo que se abrió en los campos de concentración.
-¿Qué es en realidad el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es.
-Su realidad no penetraba en nuestra conciencia; no podíamos aprehender el hecho de que la libertad nos perteneciera.
-(La alegría) no fue más que un destello: todavía no pertenecíamos a ese mundo.
-Literalmente habíamos perdido la capacidad de alegrarnos y la teníamos que volver a aprender, lentamente.
-Psicológicamente, lo que le sucedía a los prisioneros liberados podría denominarse “despersonalización”, todo parecía irreal, improbable como un sueño.
-Y ahora el sueño se había hecho realidad. ¿Pero podíamos creen de verdad en él?
-La presión que durante años había oprimido su mente, desaparecía al fin.
-“Desde mi estrecha prisión llamé al Señor y él me contestó desde el espacio en libertad.
-También el hombre que ha sido liberado repentinamente de la prisión espiritual puede sufrir daño en su salud psíquica.
-Solo muy lentamente se podía devolver a aquellos hombres a la verdad lisa y llana de que nadie tenía derecho a obrar mal, ni aun cuando él le hubieran hecho daño.
-El hombre que durante años había creído alcanzar el límite absoluto del sufrimiento se encontraba ahora con que el sufrimiento no tenía límites y con que todavía podía sufrir más y más intensamente.
-Desgraciado de aquel que halló que la persona cuyo solo recuerdo le había dado valor en el campo ¡ya no vivía! ¡Desdichado de aquel que, cuando finalmente llegó el día de sus sueños, encontró todo distinto a como lo había añorado!
-Todos nos habíamos confesado unos a otros que no podía haber en la tierra felicidad que nos compensara por todo lo que habíamos sufrido.

-La experiencia final para el hombre que vuelve a su hogar es la maravillosa sensación de que, después de todo lo que ha sufrido, ya no hay nada a lo que tenga que temer, excepto a su Dios.